PepsiCo posterga su compromiso ambiental: ¿retroceso o adaptación?
- ADRIAN GILDARDO RODRIGUEZ VILLAZANA
- 24 may
- 4 Min. de lectura
Autor del artículo: ByExpokNews
Fecha de publicación: 22 de mayo de 2025
Palabras clave:PepsiCo, sostenibilidad, emisiones netas cero, plásticos, responsabilidad social empresarial

La noticia de que PepsiCo ha decidido aplazar su meta para alcanzar cero emisiones netas hasta 2050, en lugar de 2040 como estaba previsto, ha generado una mezcla de reacciones dentro de la comunidad ambiental y empresarial. En el artículo se explica que esta postergación no es un simple retraso, sino parte de una revisión estratégica más amplia que también impacta otros compromisos importantes, como la reducción de emisiones en distintas categorías y la disminución del uso de plástico en sus empaques. La empresa argumenta que “limitaciones sistémicas” como la insuficiente infraestructura para el reciclaje y la disponibilidad limitada de vehículos eléctricos han motivado este cambio. Sin embargo, el artículo plantea que estas barreras no son nuevas y que la decisión puede reflejar una falta de previsión más que una verdadera adaptación a circunstancias cambiantes (ByExpokNews, 2025).
El texto profundiza en cómo este ajuste afecta la ambición de la compañía, pues aunque PepsiCo mantiene que sigue alineada con la meta global de limitar el calentamiento a 1.5 °C, el hecho de reducir sus objetivos intermedios y cambiar la base comparativa de 2015 a 2022 diluye el impacto real de sus esfuerzos. Esto representa, según el artículo, un debilitamiento en su liderazgo ambiental que contrasta con las expectativas de sus grupos de interés y la comunidad científica. Además, destaca que la reducción en metas relacionadas con los envases, como bajar el porcentaje de contenido reciclado y eliminar el objetivo de modelos reutilizables, proyecta señales contradictorias frente a la narrativa oficial de sostenibilidad corporativa (ByExpokNews, 2025).
A pesar de estos retrocesos, PepsiCo anuncia avances en otras áreas como la agricultura regenerativa y la gestión hídrica, con planes para ampliar la implementación de prácticas sostenibles en tierras agrícolas y mantener compromisos de “agua positiva” en zonas vulnerables. El artículo enfatiza que aunque estas acciones tienen valor, no compensan completamente el debilitamiento de los compromisos con las emisiones y el uso de plástico, creando una percepción de que la estrategia general de la empresa podría estar más enfocada en ajustes tácticos que en un compromiso sólido y transformador (ByExpokNews, 2025).
En párrafos claros y directos, el artículo avanza así:
Presentación del viraje: Introduce el anuncio de postergación y plantea la pregunta central: ¿se trata de un ajuste adaptativo o de una renuncia encubierta?
“Realidades externas” vs. voluntad: Contrapone la explicación oficial limitaciones sistémicas con el argumento de que esas mismas barreras eran previsibles al definir las metas originales.
Debilitamiento de objetivos intermedios: Explica cómo la empresa cambia su línea base de 2015 a 2022, y redujo porcentajes de recorte de emisiones de Alcance 1, 2 y 3, haciéndolos menos agresivos.
Retroceso en envases: Destaca la sustitución de un recorte del 20 % de plástico virgen por un modesto 2 % anual; la rebaja del contenido reciclado del 50 % al 40 % en 2035; y la eliminación de la meta de empaques reutilizables (ExpokNews, 2025).
Compensaciones en agricultura y agua: Describe los nuevos compromisos en agricultura regenerativa (10 millones de acres) y “agua positiva” en cuencas críticas, que aunque laudables no cubren las brechas en emisiones y plástico.
Reflexión final: Cierra con el dilema entre adaptar la estrategia a las realidades o ceder el liderazgo que se espera de un gigante de alimentos.

La revisión crítica que hace el artículo sobre los motivos detrás del aplazamiento destaca que muchas de las “limitaciones sistémicas” señaladas por PepsiCo no son nuevas barreras imprevistas, sino desafíos conocidos desde antes de fijar los objetivos originales. Esto lleva a cuestionar si la compañía realmente está adaptándose de manera inteligente o si está renunciando a una responsabilidad que le corresponde liderar. Además, la estrategia de ajustar la base para medir las reducciones de emisiones y suavizar los porcentajes da la impresión de que la empresa quiere presentar un progreso que en realidad es menos contundente, lo que debilita su posicionamiento ético y ambiental frente a sus stakeholders. La modificación en las metas de envases, especialmente en la reducción del uso de plástico virgen y el contenido reciclado, muestra una desconexión entre las metas declaradas y las acciones concretas, lo que podría afectar la legitimidad de PepsiCo como líder en sostenibilidad corporativa.
Por otro lado, la empresa sigue impulsando iniciativas en agricultura regenerativa y gestión del agua, que pueden tener beneficios locales y sociales importantes, pero que el artículo señala no bastan para equilibrar el retroceso en temas de impacto global. Este análisis plantea un debate valioso sobre hasta qué punto las grandes corporaciones deben ser agentes activos de cambio o si simplemente se adaptan pasivamente a las condiciones externas, con consecuencias para la credibilidad y el avance ambiental (ByExpokNews, 2025).

El artículo concluye que la decisión de PepsiCo es un claro indicio de tensión entre la necesidad de adaptación operativa ante limitaciones reales y la obligación de mantener un liderazgo ambicioso en sostenibilidad. Aunque la empresa mantiene que sigue comprometida con las metas internacionales, el cambio de estrategia y la disminución de objetivos clave representan un retroceso en la ética ambiental y en la responsabilidad social esperada. Para recuperar confianza, PepsiCo deberá demostrar que estos cambios no son un abandono definitivo de sus compromisos, sino ajustes temporales con un plan claro para fortalecer sus acciones en el futuro (ByExpokNews, 2025).
Este artículo resulta crucial para entender los desafíos que enfrentan las grandes empresas cuando intentan equilibrar objetivos ambiciosos de sostenibilidad con las realidades operativas y económicas. En Colombia y especialmente en el Tolima, donde la agricultura y la gestión hídrica son temas vitales, la apuesta por prácticas regenerativas y manejo responsable del agua cobra especial relevancia, y podría inspirar a empresas locales a tomar medidas similares. Sin embargo, también se evidencia que postergar compromisos puede enviar una señal negativa en un contexto global donde la urgencia climática exige acciones inmediatas y coherentes. Casos similares en Colombia, como algunas grandes empresas que han retrasado metas ambientales por dificultades técnicas, muestran que el dilema entre adaptación y liderazgo no es exclusivo de PepsiCo ni de Estados Unidos. Por eso, este análisis invita a reflexionar sobre la importancia de la transparencia y la responsabilidad ética en la comunicación y ejecución de los compromisos ambientales, para que no se conviertan en meras estrategias de relaciones públicas sino en transformaciones genuinas.
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