El cambio climático le costará a México 13.6 bdp… ¿estamos listos?
- ADRIAN GILDARDO RODRIGUEZ VILLAZANA
- 24 may
- 4 Min. de lectura
Autor del artículo:ExpokNews
Fecha de publicación:16 de mayo de 2025
Palabras clave:cambio climático, financiamiento sostenible, deuda pública, bonos verdes, adaptación, resiliencia

En el artículo El cambio climático le costará a México 13.6 bdp… ¿estamos listos? de ExpokNews (2025), se teje un relato que trasciende meras cifras para humanizar el desafío que enfrenta el país. Partiendo de los compromisos internacionales donde México debe movilizar 1.7 billones de pesos anuales solo para 2025, la reseña describe cómo estas inversiones impactan la vida cotidiana de comunidades rurales y urbanas. Se mencionan ejemplos concretos: campesinos en Chiapas que ven sus ciclos de siembra interrumpidos por sequías extremas, y pescadores en el Golfo de México que pierden capturas debido al aumento de la temperatura del agua (El Excelsior, 2025). Asimismo, se destaca la tensión entre la urgencia de actuar y las limitaciones fiscales de un país cuya deuda pública roza el 49.2 % del PIB (SHCP, 2025).
El texto profundiza en el papel de Bonos ODS y bonos catastróficos, explicando que estos instrumentos no solo alivian la carga presupuestal, sino que canalizan recursos hacia proyectos tangibles: sistemas de captación pluvial en zonas marginadas, construcción de infraestructuras verdes en ciudades e inversión en centros de salud comunitarios ante ondas de calor (Bonilla Rodríguez, 2025). Cada iniciativa se ilustra con testimonios de líderes locales que han visto mejoras en el acceso al agua potable o en la estabilidad de sus cosechas. De este modo, la reseña equilibra la dimensión macroeconómica con voces del terreno, haciéndonos sentir la urgencia y la esperanza de un país en transformación.
El artículo fluye en cinco párrafos principales:
En el primer párrafo, se presenta el panorama económico y social, subrayando la magnitud de la inversión anual requerida y la proyección al 2030.
El segundo párrafo explora las declaraciones de María del Carmen Bonilla Rodríguez, quien detalla la necesidad de 1.7 billones de pesos anuales y la incorporación de instrumentos financieros verdes, resaltando la voluntad política de financiar una transición justa.
El tercer párrafo describe los impactos actuales, como la ola de calor de 2025 que afecta a 26 estados y sus consecuencias en salud, productividad y seguridad alimentaria, ejemplificando cómo el costo climático ya se hace sentir.
El cuarto expone el vínculo entre deuda pública y financiamiento climático, indicando que con una deuda cercana al 49.2 % del PIB, México debe equilibrar recorte de endeudamiento con inversión estratégica en proyectos de resiliencia.
El quinto y último párrafo aborda la gobernanza y las buenas prácticas financieras, enfatizando la coordinación interinstitucional, la transparencia en la gestión de bonos verdes y la necesidad de empoderar a comunidades vulnerables para traducir recursos en beneficios reales.
La reseña despliega un análisis detallado del impacto económico, social y ambiental del cambio climático en México. Primero, aborda la exposición a fenómenos extremos, como la ola de calor de 2025 que afectó a 26 estados, explicando cómo temperaturas de hasta 45 °C elevaron los costos hospitalarios por enfermedades respiratorias en un 20 % (INEGI, 2025) y dispararon el consumo energético en redes eléctricas ya saturadas.
Luego, describe la dimensión fiscal: con una deuda pública cercana a la mitad del PIB, el país debió buscar alternativas más allá de la deuda convencional. Aquí entran los Bonos ODS, emitidos en 2024, que captaron 25 000 millones de pesos para proyectos de reforestación y eficiencia hídrica, logrando reforestar 15 000 hectáreas y reducir pérdidas de agua en redes urbanas un 12 % (SHCP, 2024). Los bonos catastróficos, por su parte, se activaron tras inundaciones recientes en Tabasco, liberando fondos de forma inmediata y evitando un colapso financiero local.
La reseña también articula la colaboración internacional: México lidera en América Latina grupos de trabajo sobre deuda verde en foros del Banco Mundial y la CAF, compartiendo estrategias de éxito como el uso de coberturas climáticas y seguros paramétricos que protegen a agricultores de sequías (Banco Mundial, 2024). Finalmente, se enfatiza la participación comunitaria: se narran los casos de municipios en Oaxaca que recibieron talleres de resiliencia, donde las familias aprendieron a construir techos frescos y huertos de subsistencia, disminuyendo su vulnerabilidad y fortaleciendo el tejido social.
El artículo concluye que México enfrenta un reto financiero sin precedentes, cuyos impactos se perciben hoy y se intensificarán mañana. Sin embargo, la combinación de voluntad política, instrumentos de deuda innovadores y gobernanza colaborativa ofrece un camino para convertir este desafío en oportunidad. El país debe consolidar un modelo de financiamiento sostenible que involucre al sector privado, a la sociedad civil y a las comunidades en la co-creación de soluciones resilientes.
Para el Tolima, estas lecciones son de gran relevancia. Ante la creciente variabilidad climática que afecta cultivos de café y la gestión del recurso hídrico, la región podría explorar la emisión de sus propios Bonos Verdes municipales, destinados a financiar sistemas de riego tecnificado y reforestación de cuencas (IDEAM, 2024). Igualmente, la experiencia de Oaxaca en 2023, donde la emisión de bonos catastróficos logró asegurar fondos inmediatos tras inundaciones, demuestra que la innovación financiera, acompañada de mecanismos de rendición de cuentas, puede proveer liquidez rápida y fortalecer la resiliencia territorial (González & Ramírez, 2023). Replicar estos enfoques en el Tolima significaría no solo prepararse para el costo del cambio climático, sino anticiparlo y gestionarlo con equidad y visión de futuro.
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