7 tecnologías de eliminación de carbono
- ADRIAN GILDARDO RODRIGUEZ VILLAZANA
- 24 may
- 4 Min. de lectura
Autor del artículo:ByExpokNews
Fecha de publicación:23 de mayo de 2025
Palabras clave:Cambio climático, tecnologías limpias, captura de carbono, sostenibilidad, responsabilidad social empresarial

En un escenario global cada vez más presionado por los impactos del cambio climático, el artículo “7 tecnologías de eliminación de carbono” de ExpokNews (2025) ofrece un recorrido esclarecedor por un conjunto de soluciones que, más allá de reducir emisiones futuras, buscan revertir el daño ya causado. Este enfoque es especialmente relevante si consideramos que las metas del Acuerdo de París no pueden alcanzarse únicamente con mitigación: también es indispensable eliminar entre 5 y 10 gigatoneladas de CO₂ anuales para 2050 (IPCC, citado en ExpokNews, 2025).
Lo fascinante del texto es su capacidad de explicar tecnologías avanzadas de forma comprensible, sin restarles rigor ni profundidad. Desde métodos como la captura directa de aire (DAC) hasta soluciones basadas en la naturaleza como la forestación estratégica, cada opción se presenta con sus ventajas, desafíos y potencial de impacto. No se trata solo de innovación técnica, sino de un nuevo marco de acción empresarial y ética ambiental que redefine cómo entendemos la sostenibilidad en pleno siglo XXI.
ExpokNews organiza el artículo en tres bloques principales, complementados por introducciones y conclusiones que enmarcan el contenido técnico en un debate más amplio:
Introducción general y contexto climático
Presentación de la necesidad urgente de extraer CO₂ acumulado en la atmósfera.
Cita de datos clave del IPCC sobre el necesario aporte de CDR para limitar el calentamiento a 1.5 °C.
Explicación de la diferencia entre mitigación de emisiones y eliminación de carbono, sentando las bases conceptuales.
Detallado de las siete tecnologías de eliminación de carbono
Para cada tecnología, se dedica un subtítulo propio con los siguientes apartados). Definición y principio de funcionamiento: breve explicación de cómo actúa el sistema (por ejemplo, ventiladores y filtros en DAC o pirólisis en biochar). Estado de madurez y casos de aplicación: ejemplos de compañías o proyectos en piloto y escala comercial (Climeworks, Carbfix, Climeworks). Ventajas y co-beneficios: co-beneficios ambientales, sociales o económicos, como la mejora de suelos o la creación de empleo rural). Retos y limitaciones: barreras técnicas, energéticas, de costo, geológicas o éticas que afecta su escalabilidad.
Análisis de desafíos, ética y oportunidades
Reflexión sobre las barreras de implementación masiva: financiamiento, políticas públicas y gobernanza global.
Debate ético: riesgo de usar la eliminación de carbono como “excusa” para mantener altas emisiones.
Identificación de oportunidades para empresas responsables: inversiones tempranas, asociaciones público-privadas y alianzas con startups climáticas.
Conclusiones y llamado a la acción
Síntesis de la importancia de combinar mitigación y eliminación de carbono para cumplir con el Acuerdo de París.
Invitación a líderes empresariales y gobiernos a implementar marcos regulatorios, financiar pilotos y educar a la sociedad.
Enlace entre innovación tecnológica y responsabilidad social empresarial, resaltando cómo la CDR puede devenir en ventaja competitiva.
La reseña facilita la navegación del lector desde el panorama global hasta los detalles técnicos y éticos, manteniendo un equilibrio entre información científica y reflexión estratégica. Desarrollo del tema en el corazón del artículo, la captura directa de aire (DAC) brilla como una promesa a gran escala: empresas como Climeworks ya operan plantas en Suiza que filtran cientos de toneladas de CO₂ al año, aunque hoy dependen de energía limpia a precios elevados (Climeworks, 2024). A su lado, la bioenergía con captura y almacenamiento (BECCS) propone un círculo cerrado en el cual cultivos o residuos forestales se convierten en energía mientras retienen el carbono en formaciones subterráneas, pero sus críticos advierten del riesgo de competencias por tierra fértil y deforestación si no se regula con firmeza (Smith & Johnson, 2023).

La mineralización del carbono emerge como una apuesta de escritura permanente: en Islandia, el proyecto Carbfix inyecta CO₂ en basalto donde, en cuestión de años, se transforma en roca sólida, aunque requiere abundante agua y depende de la geología local (Matter et al., 2016). El biochar, menos mediático pero muy versátil, se produce con biomasa agrícola y mejora la retención de nutrientes y agua en los suelos, favoreciendo la seguridad alimentaria en zonas rurales (Lehmann & Joseph, 2015).
En el océano, la captura oceánica explora desde la dispersión de minerales como olivino para alcalinizar aguas hasta mar de macroalgas que, al crecer, retienen carbono; no obstante, un uso irresponsable podría alterar cadenas tróficas y ecosistemas marinos (Gattuso et al., 2018). Por su parte, la gestión de suelos agrícolas mejorados prácticas de mínima labranza, cultivos de cobertura y compostaje permite fijar cientos de millones de toneladas de carbono al año, integrando de paso la lucha climática a la vida de los agricultores (Paustian et al., 2019). Finalmente, la forestación estratégica redescubre el poder de los bosques, siempre que evite monocultivos y garantice la conservación a largo plazo (IPCC, 2022).

La noticia concluye que, sin estas tecnologías, alcanzar las metas del Acuerdo de París es prácticamente imposible: la mitigación por sí sola no basta. Pero también advierte que ninguna tecnología es “el remedio” por sí misma. El verdadero desafío será combinarlas de forma ética, transparente y con políticas públicas sólidas que impidan que la CDR se convierta en una excusa para “seguir contaminando” (Anderson & Peters, 2016). El informe cierra invitando a gobiernos, empresas y sociedad civil a abandonar el discurso de la inevitabilidad y a invertir ya en pruebas piloto y marcos regulatorios que impulsen la economía verde.
La urgencia de adoptar estas soluciones resuena con fuerza en el Tolima, donde los agricultores de café y arroz enfrentan cada vez más estrés hídrico y erosión de suelos (IDEAM, 2024). Allí, el biochar podría integrarse a los procesos de poscosecha, mejorando la productividad y secuestrando carbono al mismo tiempo. En Colombia, proyectos piloto de BECCS en la zona bananera del Magdalena demuestran que, con un enfoque comunitario y regulaciones claras, es posible combinar energía limpia y captura de carbono con beneficios sociales (Universidad del Magdalena, 2022).
Contrastando este dinamismo local con la anulación de regulaciones ambientales en Estados Unidos durante la administración Trump que debilitó estándares de emisiones y reciclaje (Lopez, 2021), se ve la importancia de que el sector privado y las autoridades nacionales no cedan ante la inercia. La acción climática debe anticiparse a los obstáculos, no adaptarse a ellos. Hoy, invertir en CDR es tanto un imperativo moral como una ventaja competitiva: quien lidere la transición a una economía de “carbono negativo” marcará la diferencia en la próxima década.
Kommentare